Inflación de alimentos: ¿La luz al final del túnel?
La inflación ha sido el tema del año, rompiendo récords que para muchas personas son inéditos, con el alza de precios llegando en junio a un 12,5% anual, el nivel más alto en más de 25 años.
La subida ha sido bien transversal, pero dentro de todo destaca el precio de los alimentos, que se ha desatado, especialmente tras la invasión rusa a Ucrania.
Algunos artículos como el aceite llegaron a niveles que parecían una broma muy cruel. En momentos de incertidumbre uno puede reducir ciertos gastos, pero la alimentación es necesaria. Adicionalmente las personas de menores ingresos son más afectadas, ya que destinan una mayor parte de sus sueldos en alimentarse.
Desde inicios del año 2021, el precio de los alimentos ha subido en Chile un 18,1%, siendo, junto con el alza de los precios de la energía, una de las razones principales de la subida del costo de la vida. Esta alza se aceleró especialmente después de la invasión rusa en febrero, y si uno mira el detalle, está explicada principalmente por productos importados. Los productos de alimentación locales, como las frutas y verduras frescas han subido, desde 2021, “apenas” un 4%.
Los precios internacionales de los alimentos han mostrado una caída en los últimos meses. La FAO, que es una organización de Naciones Unidas dedicada al tema, publica mensualmente un índice de precios, que lleva tres meses consecutivas a la baja. Esta caída se explica por la caída en los precios internacionales de los cereales y aceites especialmente.
¿Es señal definitiva de un cambio de tendencia? Si bien son buenas noticias, y esta caída probablemente indica que las sorpresas inflacionarias podrían empezar a frenar, hay que tener en cuenta que estos fenómenos son bien inestables.
Adicionalmente hubo efectos de cosecha en algunos productos y de caída temporal de la demanda en otros, que habrá que esperar que se mantengan para confirmar tendencia.
En Chile estas señales no parecen que hayan llegado a las góndolas de los supermercados. Por ejemplo, si uno mira los precios promedios de los precios del aceite en supermercados, no se ve una caída significativa.
En este sentido hay que tener en cuenta que la transmisión de precios no es tan rápida, producto de la existencia de inventarios, además de que el alza del tipo de cambio desde junio ha sido muy superior a la caída de los precios internacionales de los alimentos.