ADR (American Depositary Receipt)
Los ADR son una especie de pasaporte financiero para acciones de empresas no estadounidenses que quieren darse un paseo por las bolsas de Estados Unidos. Son como boletos que representan un número específico de acciones de una compañía extranjera.
La idea es bastante simple: hacen más fácil para los inversores de EE.UU. comprar acciones en empresas de fuera del país sin tener que lidiar con los dolores de cabeza que pueden venir con la inversión directa en una bolsa extranjera.
Tomemos como ejemplo el Banco Santander Chile. Un ADR de este banco es como un paquete que contiene 400 acciones que normalmente se comercian en Chile.
La belleza del sistema es que puedes intercambiar estos paquetes. Puedes tomar 400 acciones locales, mandarlas a Estados Unidos y ¡bam!—tienes un ADR. A este proceso se le llama inflow. Y si lo haces al revés, deshaciendo un ADR para obtener las acciones locales, eso se conoce como flowback. Este intercambio es como una balanza que ayuda a que el precio del ADR y el de las acciones en su mercado de origen no se desvíen mucho el uno del otro, gracias a la magia del arbitraje.