El peor asesor de inversiones – La Tercera
“Los mercados están vueltos locos, reaccionan de forma inexplicable, subiendo o bajando de forma que no se había visto en muchos años; esto parece algo totalmente irreal. Nadie sabe para dónde irá al mercado el día siguiente. En las últimas jornadas se han mostrado caídas diarias que no se veían en décadas”.
Éste podría ser el comentario de cualquier inversionista hoy, pero fue hecho por uno en septiembre de 2008, cuando se gatilló la crisis sub-prime. También podría ser el comentario de un inversionista en octubre de 1987, así como en una serie de otras crisis que han afectado los mercados en la historia: la crisis asiática, la Guerra Fría o las guerras mundiales, entre muchos otros casos.
La reacción humana instintiva ante situaciones que nos ponen en peligro (a nosotros o a nuestros ahorros) es huir, refugiarnos y hacer lo posible para escondernos hasta que el peligro pase. En inversiones eso equivale a vender los activos en los que invirtió, y guardar esa plata debajo del colchón (o meterla en depósitos a plazo) hasta que se tranquilicen las cosas. ¿Será buena idea?
La historia se repite, o no se repite, pero rima; como sea, cada cierto tiempo ocurren estas situaciones en los mercados, si bien las causas son variadas, las reacciones de los mercados son similares: primero hay pánico, con bajadas extremas y algunas fuertes subidas, luego una tensa calma, en que los cambios violentos son esporádicos y mucho más distanciados, seguido de una recuperación, en que los mercados comienzan a repuntar de forma relevante.
Históricamente, los mercados siempre se han recuperado; sin excepciones. A veces en unos pocos meses, otras veces se demoran tres o hasta cinco años en hacerlo, pero siempre se recuperan. Básicamente esto se explica por la capacidad del ser humano de crear valor.
Para agregarle más pimienta a la situación, sabemos que unos pocos días explican buena parte del retorno de largo plazo de los mercados. Nos encantaría saber cuáles son esos días. En los últimos 25 años, la bolsa de Estados Unidos ha rentado un 12% promedio anual, pero si sacamos el día de mayor retorno en cada año, la rentabilidad promedio baja a un 2%. Es decir, un día al año explica más del 80% del retorno. Aunque muchos inversionistas se sientan pitonisos es prácticamente imposible poder predecir el momento exacto para invertir.
Volviendo a la pregunta; ¿Conviene guardar mis ahorros debajo del colchón?
La respuesta depende de tus características como inversionista; (1) Si estás invirtiendo para el largo plazo, como para tu jubilación, casa u otro tipo de objetivo que no implique liquidar la inversión en los próximos años, lo recomendable sería correr más riesgos que dormir sobre tus ahorros; (2) En cambio, si la expectativa que tienes es usar esos ahorros en el corto plazo, no es buena idea invertirla en activos riesgosos, ya que no sabemos lo que va a pasar con los mercados en los próximos meses, pudiendo incluso profundizar su caída; (3) Además, si tu tolerancia al riesgo es baja, es recomendable no tomar riesgos excesivos porque podrías terminar vendiendo en el peor momento. Para invertir hay que conocerse porque en este mundo las emociones pueden traicionar a las personas. Como dice Warren Buffet, “Los mercados financieros están diseñados para transferir dinero desde los inversionistas activos a los pacientes”.
Por lo tanto, si eres una persona que invierte a largo plazo y te sientes con la capacidad de ser paciente ante estas situaciones, la recomendación para ti sería correr ciertos riesgos e invertir de forma diversificada en activos accionarios o similares. Aprovechar la liquidación, de manera diversificada.
Por el contrario, si tu horizonte de inversión es corto, es decir, si tus ahorros los vas a necesitar en poco tiempo más lo recomendable sería invertir en activos seguros, pero que rentan muy poco. La versión actual de dejarla bajo el colchón. Dentro de este grupo están los depósitos a plazo, los fondos mutuos de money market y los fondos de renta fija. Estos últimos tienen un riesgo algo mayor, pero sigue siendo un riesgo acotado y pueden entregar un retorno algo más atractivo a tu inversión.
Si tienes menos de 35 años, lo más probable es que nunca hayas visto una crisis financiera como la de ahora en todo el transcurso de tu vida laboral. Si tienes más de 35, puedes haber visto una, o varias, pero la memoria es frágil y selectiva. Estamos en un escenario en que es normal sentirse muy nervioso, pero cuando hablamos de tus ahorros es importante tratar de tomar decisiones basados en la razón y no en las emociones, que son tu peor asesor de inversiones.
Fuente: La Tercera