Los Jinetes del Apocalipsis
Cada cierto tiempo salen personas prediciendo una gran crisis bursátil. Algunos incluso le ponen fecha. De acuerdo con cifras de Google, más o menos cada 4 meses salen en el mundo pronósticos sobre una crisis financiera mundial que se avecina.
Por ejemplo, existe un autor estadounidense de un best seller de educación financiera , que en septiembre predijo que en el mes de octubre venía la mayor crisis financiera de la historia de la humanidad. Lo hizo a través de sus redes sociales y muchas otras personas hicieron eco de sus palabras y crearon diferentes documentos y videos alertando de la situación. Y llegamos a noviembre.
Sin embargo, pocos han seguido la historia de predicciones de dicho autor. Desde 2011 viene prediciendo la caída de las bolsas mundiales y generalmente, repite el discurso entre una y dos veces al año. Pero, alguien que invierte en acciones americanas habría dejado de ganar un retorno cercano a 350% si hubiera hecho caso a las primeras advertencias. Como él hay muchos Pedritos y no ha llegado el lobo.
Es una realidad que en algún momento tendremos una crisis financiera mayúscula, y es muy probable que alguno de estos jinetes del apocalipsis que predicen crisis constantemente por fin la predigan, pero no porque tengan capacidad de adivinar el futuro, sino por la persistencia en insistir en su agenda.
Las crisis son crisis por ser impredecibles. Si bien existen personas que las han predicho son más la excepción que la regla y muchas veces se hacen más conocidos sus dichos una vez que la realidad se presenta o hicieron presente sus temores en círculos reducidos o simplemente tomando acción sin publicidad. El libro/película La Gran Apuesta muestra muchos de esos personajes de una manera muy acertada.
Tomar decisiones de inversión basándose en estas predicciones es, en la mayoría de los casos, una pérdida de tiempo y de rentabilidad. Adicionalmente, hay que tener en cuenta que estos tipos de crisis parecen que están mutando en ser eventos muy profundos pero rápidos, de acorde con la velocidad de transmisión de la información de los tiempos en que vivimos. La historia muestra que muchas veces la mejor forma de invertir es siendo disciplinado y no excesivamente informado.
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