Déficit Cuenta Corriente y el tipo de cambio
Tuvimos otra movida semana con el tipo de cambio, el que partió en niveles de $877 / dólar y hoy se encumbra cerca de los $950 / dólar. Si bien en 2022 hemos visto ya varios de estos bruscos movimientos, no hay que perder la perspectiva de que son eventos más bien anormales.
En los medios especializados se ha mencionado que parte del alza se explica por las cifras publicadas por el Banco Central en la semana, que mostraron no sólo una desaceleración de la economía, sino que un aumento importante en el déficit de cuenta corriente, que alcanza un 8,5% del PIB.
¿Qué es la cuenta corriente?
La cuenta corriente de un país es una medida de las transacciones que tiene con el resto de los países. Es decir, toma todos los pagos que recibimos del extranjero, por exportaciones u otros ingresos, y le resta lo que nosotros le pagamos al resto del mundo, principalmente por importar, pero también incluye otros pagos, como los que por ejemplo hacen empresas filiales de multinacionales a sus casas matrices.
En simple, cuando la cuenta corriente es negativa quiere decir que estamos comprando al resto de los países más de lo que les vendemos. Esto se conoce como déficit de cuenta corriente.
Es bien similar a una familia que en un mes gasta más plata que la suma de los sueldos y otros ingresos. Y los países, al igual que las familias, pueden financiar ese déficit de dos formas, o reduciendo ahorros o endeudándose.
Que un país tenga déficit de cuenta corriente no es algo siempre malo, ya que existen varias formas de que esto suceda:
- Si el país está gastando más de lo que recibe porque está invirtiendo, el déficit debiera ser relativamente temporal, ya que una vez que esas inversiones estén listas, debieran generar mayores ingresos en el futuro. Esto es bien típico de países en crecimiento fuerte.
- Puede haber déficits temporales, un ejemplo de esto son las ayudas que se dan a la población en momentos de crisis, como fue lo que vivimos con el Covid. En esos momentos los Estados muchas veces usan sus ahorros para moderar el impacto del mal momento económico.
¿Cuándo un déficit de cuenta corriente es preocupante?
Los déficits de cuenta corriente son preocupantes cuando se gasta excesivamente en cosas que no van a generar mayor rentabilidad. Por ejemplo, cuando el consumo de las personas está sobre lo que debiera ser, especialmente si esto se repite durante muchos años.
De mantenerse en esa situación, un país con déficit de cuenta corriente corre el riesgo de entrar en insolvencia, ya que gasta más de lo que recibe, lo que va financiando con deuda y aumenta el déficit, haciendo el loop cada vez más feo.
Si, igual que una familia que gasta más allá de sus capacidades, de manera permanente.
¿Y qué tiene que ver el tipo de cambio?
La cuenta corriente es una de las variables importantes para analizar la evolución del tipo de cambio. Si un país gasta más de lo que recibe, necesitará financiamiento en moneda extranjera, y por consiguiente aumenta su demanda lo que, en países con tipo de cambio libre, genera un alza en el precio del dólar.
El tipo de cambio libre, que no es fijado artificialmente por un ente central, ayuda a solucionar el problema. Ya que si sube el tipo de cambio eso hace que suba el precio de los productos importados, lo que reduce la demanda de productos de consumo y en consecuencia , genera una disminución del déficit. Es una de las ventajas de tener un tipo de cambio que flote libremente.
¿Y que debiera pasar hacia delante?
En realidad, el que Chile tenga un déficit tan alto no debiera ser tan sorpresivo. Durante el peor período de la pandemia el país aprovechó sus ahorros públicos y privados en diversas medidas que buscaban reducir el impacto económico del Covid-19.
Ahora viene el momento de ir sacando esas ayudas, el fisco ya está reduciendo su gasto fiscal y las otras medidas extraordinarias, como los retiros de las AFPs, no se ve que se repitan en el horizonte cercano.
¿Cuál debiera ser el costo? Ya lo estamos viviendo en cierta manera y tiene relación con un freno en la economía, el que ya está bien incorporado en las expectativas de mercado. Esto a su vez también debiera moderar otros efectos negativos que hemos tenido recientemente, como es la inflación, y probablemente podría llevar a que el Banco Central empiece en 2023 un período de reducción de tasas de interés.